lunes, 5 de enero de 2015

Ensayo sobre la ceguera


“- ¿Por qué nos hemos quedado ciegos?
- No lo sé, quizás algún día lleguemos a saber la razón.
- ¿Quieres que te diga lo que estoy pensando?
... - Dime.
- Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos.
- Ciegos que ven
- Ciegos que viendo, no ven.”





"En una ciudad sin determinar, un hombre se queda repentinamente ciego cuando espera, al volante de su coche, que el semáforo se ponga en verde.
Ante el pánico de esta persona, un alma caritativa se ofrece a llevarla a su casa. Esta será la segunda persona que se quedará ciega de repente. Así, y a velocidad de crucero, uno a uno, todos los que entran en contacto con alguna de estas personas, se van quedando ciegas.
¿Una epidemia? Nadie sabe nada, pero el pánico se extiende y corre como la pólvora y el gobierno decide aislar a todos estos nuevos ciegos en un edificio lejos del contacto de los no contaminados.
Pero el número de ciegos va creciendo y, con ellos, los problemas. Poco a poco la epidemia se va extendiendo por todo el mundo.
Una única persona, la mujer del oftalmólogo que atendió al primer ciego, no pierde la vista. El médico se queda ciego al día siguiente de atender al paciente y es el que alerta a las autoridades sanitarias.
Cuando vienen para llevárselo al edificio de “concentración”, su mujer decide hacerse pasar por ciega para poder ir con él. A través de ella nosotros veremos todo lo que pasa y viviremos la historia en primera persona, casi como si fuéramos uno de los protagonistas. Protagonistas sin nombre (el primer ciego, el médico, la mujer del médico, la chica de las gafas, el taxista…), peculiaridad –parece ser- bastante frecuente en las novelas de Saramago.
También es muy peculiar en las novelas de Saramago, su forma de escribir, sin apenas signos de puntuación, con los diálogos casi narrado, sin diferenciarse ni destacar del resto del texto. Un poco difícil cuando no estás acostumbrado, pero luego casi no lo notas."

Personalmente, no me llevé muy bien con la película, habrá sido la excelencia del libro que creó expectativas demasiado altas para un film que nunca podría igualar el mundo creado por la brillante mente de este gran escritor. Aún así la vi y a pesar de mi pequeña desilusión, es inevitable no seguir sorprendiéndose del éxito que ha alcanzado, y sigue logrando a pesar del tiempo. Es por eso que es imposible no conmoverse un poquito con la emoción  que embarga a Saramago al terminar de ver reflejado en pantalla gigante su propia creación. 






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